La policía de Arizona, en el suroeste de los Estados Unidos, detuvo esta semana a Randall Bird, un exguardia de seguridad de un hospital de Phoenix cuyo ADN fue identificado en el cuerpo de una mujer de 79 años que estaba depositado en la morgue del centro médico. Existen pruebas para suponer que el hombre cometió un abuso sexual.
Bird, de 46 años, fue separado de su cargo como guardia de seguridad del Centro Médico de la Universidad Banner en Phoenix después de que saliera a la luz el caso de abuso sexual contra el cuerpo de una mujer que había fallecido en ese centro médico. La investigación comenzó el 24 de octubre pasado, y se cree que el ataque ocurrió dos días antes.
Al menos dos testigos afirmaron que el 22 de octubre pasado encontraron que las puertas de la morgue habían sido trabadas desde adentro.
El evento era inusual, pero lo que más llamó la atención una vez que las abrieron fue que alguien había roto las puertas de la sala de frío, que es donde se depositan los cadáveres a una temperatura cercana a los 0 grados.
Los testigos encontraron a Bird adentro de la sala de frío en un estado alarmante, “visiblemente sudado” y “muy nervioso”, mientras tapaba el cuerpo de una mujer de 79 años que había fallecido poco antes, y a quien él mismo se había encargado de trasladar a la morgue, informó el sitio AZ Family, de Estados Unidos.
El hombre les explicó que se había desvanecido y en su caída al suelo había arrastrado a la mujer por accidente, por lo que estaba rota la bolsa que contenía su cuerpo.
Pero los testigos notaron que la bolsa con cierre estaba intacta. En seguida reportaron a Bird, y la Policía de Arizona interrogó al hombre, que fue suspendido casi de inmediato de su trabajo como guardia de seguridad.
El 25 de octubre, tres días después del episodio, Bird le dijo a los investigadores que había tenido un “episodio médico” por el cual no tenía recuerdo alguno de la secuencia.
Sin embargo, los investigadores encontraron ADN del hombre en el cuerpo de la mujer.
Bird fue arrestado el martes de esta semana acusado por cuatro delitos contra la integridad del cuerpo de una persona fallecida, y podría recibir una pena de hasta cuatro años de cárcel.
