Según la mitología guaraní, el Karaí Octubre sale del monte y llega a los hogares al inicio del décimo mes, para castigar a quienes no han sido previsores.
Por ello, no debe faltar en la mesa del mediodía del 1 de octubre un suculento plato de jopara (mezcla o combinación en guaraní); un plato que lleva carne y porotos, con la intención de conjurarlo, ya que este duende no se queda en los lugares donde hay abundancia.
De acuerdo a la leyenda, la abundancia de la comida alejará al duende y con él se irán la escasez y la pobreza.
El mítico Karaí Octubre (Señor Octubre) es una figura petisa y barbuda de rasgos duros, que usa un sombrero de paja y lleva un látigo en sus manos.
Según la tradición, octubre es el mes en que escaseaban los alimentos: la mandioca, el maíz y otros vegetales que son más difíciles de conseguir en el campo.
Otra antigua costumbre de los abuelos y bisabuelos era soplar con energía en tres rincones de una habitación de la vivienda, preferentemente con un silbato o corneta, dejando un espacio libre donde estuviera una abertura puerta o ventana, para que por allí se escape, huya atemorizada la miseria y no regrese jamás a nuestra casa.