El exasesor de Boris Johnson y Rishi Sunak, Andrew Gilligan, propuso transformar las Islas Malvinas en un centro de procesamiento y alojamiento para personas que llegan al Reino Unido mediante migración ilegal, especialmente a través del Canal de la Mancha.
Planteó su idea en una columna reciente, donde afirmó que la única forma de desalentar los cruces en pequeñas embarcaciones es enviar a los recién llegados a un complejo ubicado junto a la base de la Royal Air Force, instalada de manera ilegítima en el archipiélago.
Gilligan sostuvo que el punto adecuado para llevar adelante su plan está en el este de las islas, una zona aislada donde opera la gran base aérea británica. Propuso levantar allí un campamento con un modelo similar al que el Reino Unido montó en Afganistán, conocido como Camp Bastion, que llegó a alojar a 28.000 personas. Su idea consiste en construir instalaciones modulares, dormitorios colectivos y servicios básicos en terrenos cercanos al complejo militar, lejos de los asentamientos civiles.
Según su planteo, los migrantes vivirían en las Malvinas de forma indefinida, sin posibilidad de trasladarse al territorio británico continental. Dijo que el Reino Unido les ofrecería seguridad y alojamiento “austero”, pero remarcó que no podrían trabajar y enfrentarían un entorno extremadamente remoto. Aseguró que esa situación enviaría un mensaje disuasorio a quienes buscan ingresar de manera irregular al país.
El exasesor reconoció que la propuesta ya fue descartada por objeciones internas, incluso de los propios isleños. También mencionó que los costos operativos representan una traba importante. Sin embargo, presionó al Partido Laborista para que mantenga esta alternativa sobre la mesa frente al aumento de la migración ilegal, y reiteró que el Reino Unido debería “mirar otra vez” a las Malvinas como parte de su estrategia de control fronterizo.

