El centrocampista francés Paul Pogba ha sido inhabilitado cuatro años a raíz de su positivo en un control antidoping, según anunció este jueves el periodista Fabrizio Romano. El jugador, inactivo por este motivo desde el pasado mes de septiembre, puede poner punto final a su carrera deportiva a causa de esta dura sanción.
De esta manera se cierra un caso que se abrió el 20 de agosto de 2023, cuando Pogba dio positivo por testosterona en un control antidopaje realizado tras el partido Juventus-Udinese, correspondiente a la Serie A. Se da la circunstancia de que el francés no jugó ni un minuto en este encuentro, pero el control al que tuvo que someterse detectó un positivo que se repitió en un contraanálisis realizado en octubre.
Pogba nunca aceptó un acuerdo con la Fiscalía Antidopaje que podría haber reducido a la mitad su condena. El futbolista, que dijo en su defensa que ingirió un medicamento que un amigo le proporcionó desde Estados Unidos y que desconocía que fuera dopante, confiaba en demostrar su inocencia pero al final los tribunales no le dieron la razón.
La suspensión por cuatro años supone un nuevo palo en el duro epílogo de la carrera deportiva de Paul Pogba. Campeón del Mundo con Francia en 2018 y estrella en el Manchester United y en la Juventus, su regreso al conjunto italiano fue un valle de lágrimas para él, no solo por este caso de dopaje sino también por las lesiones. Prueba de ello es que desde que volvió a Turín, apenas pudo jugar ocho partidos con la camiseta ‘bianconera’.
A punto de cumplir los 31 años -lo hará el próximo 15 de marzo, el de Lagny-sur-Marne ve cómo se reducen al máximo sus opciones de competir al máximo nivel. De hecho, cuando expire esta sanción de cuatro años, Pogba tendrá prácticamente 35, lo que significa que su adiós al fútbol de élite parece más que cantado.
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