“Me encuentro atravesando una situación de extrema violencia contra mi persona por haber tenido Covid-19”, contó en julio del año pasado Daniel Porro, un enfermero de Neuquén que fue linchado por sus vecinos.
En las últimas horas se conoció la triste noticia de que el hombre de murió de un paro cardíaco y su padre aseguró que “nunca se recuperó de ese rechazo social”.
Ya había recibido amenazas por parte de uno de los vecinos cuando debió aislarse en su casa, a mediados de junio de 2020, por haber dado positivo en Covid-19 y fue trasladado al hospital Bouquet Roldán, donde fue dado de alta luego de 14 días y con hisopado negativo.
Recuperado del coronavirus, en el barrio Colonia Nueva fue recibido a golpes, le incendiaron la casa y le robaron el auto y otras pertenencias.
El caso positivo de Porro fue uno de los varios en el inicio de la pandemia entre el personal de salud del país que recibieron amenazas de vecinos por el miedo a que transmitieran el coronavirus.
“Ahora estoy angustiado porque no sé lo que va a pasar con mi domicilio, dónde voy a ir a vivir. Ahora estoy en la casa de mi mamá, somos siete integrantes”, había contado en ese momento el enfermero en Neuquén.
“Nunca se pudo recuperar de aquel rechazo social”, dijo tras su fallecimiento su padre Miguel.
En declaraciones a medios locales, el papá del enfermero añadió: “En realidad, desde aquel día, él no pudo volver a dormir bien”.
“Trabajaba durante el día y a la noche se acostaba pero no podía conciliar el sueño. Sufrió mucho e iba a laburar casi sin dormir”, explicó Miguel Porro.
También contó que a su hijo “le soltaron la mano” y lo echaron, por lo que se fue a trabajar a otro centro de salud, pero nunca pudo dejar atrás el sufrimiento.
Según relató Miguel, cace poco más de una semana Daniel se quedó a dormir en la casa de su madre y sufrió un paro cardíaco.
“Uno de sus hermanos pasó por la habitación y ya estaba muerto”, señaló su padre.