Una mujer de 35 años que gozaba de arresto domiciliario por ser la líder de una banda narco fue detenida tras una serie de allanamientos realizados en su propiedad y donde secuestraron 800 envoltorios con cocaína.
La detenida estaba acusada de regentar seis puntos de venta droga en el barrio Libertad de Mar del Plata por el que había sido detenida y cumplía su arresto en su domicilio.
En el operativo otras tres mujeres, de 44, 34 y 24 años, quedaron a disposición de los fiscales Leandro Favaro y Daniela Ledesma, en calidad de aprehendidas, y a quienes les imputaron “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.
La líder de la organización fue identificada como Brenda Chávez, perteneciente a un clan familiar vinculado a la venta de cocaína y otros hechos violentos, como homicidios.
La mujer cumplía arresto domiciliario en una propiedad ubicada sobre la calle Venezuela al 60, primer piso. En ese lugar funcionaba un almacén que era utilizado como pantalla para almacenar la cocaína que luego se distribuía a los diferentes “points”.
La Fiscalía inició una investigación el mes pasado que tuvo como centro el almacén ubicado en ese edificio por denuncias anónimas recibidas en las que indicaban que en ese lugar se vendía cocaína.
Los trabajos de campo realizados por los investigadores tenía como principal punto el almacén, pero durante las pesquisas se detectaron otros cinco puntos de venta de cocaína vinculados.
La organización criminal estaba integrada por cuatro mujeres encargadas de la venta al menudeo, quienes tenían seis puntos cercanos que funcionaban en diferentes días y horarios.
El lugar de acopio de la droga era el almacén donde Chávez cumplía con su arresto domiciliario, controlado con una pulsera electrónica del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Con todas las pruebas reunidas, los fiscales solicitaron a la Justicia de Garantías las órdenes de allanamiento para los seis domicilios investigados, como así también la detención de Chávez y de las otras tres mujeres.
En el almacén de Venezuela al 60, Brenda Chávez escondía en los taparrollos unos 800 envoltorios de cocaína, divididos en bolsas que contenían 60 cada una. Además se secuestró dinero en efectivo, celulares, anotaciones y otros elementos de interés.
Chávez contaba con personas en las afueras de cada punto de droga que alertaban de la presencia policial, como así también cámaras de vigilancia para prevenir cualquier tipo de operativo, por lo que la policía tuvo que actuar de incógnito hasta el último momento.
La cocaína secuestrada tendría un valor de venta de unos 2.500.000 de pesos.
