Aunque realmente no esté interesado en volver a la presidencia, lo que no está dispuesto a resignar el ex presidente es su jefatura dentro del Pro, por lo que constantemente les marca la cancha a Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich, quienes se disputan el electorado de ese partido.
Expresión de su determinación de conservar su liderazgo son sus constantes apariciones públicas de los últimos días, en las que insiste en bajarles línea. “Tenés que demostrarle a la gente que vivir dentro de la ley, más allá de lo económico, te da una tranquilidad espiritual distinta”, sentenció.
Mauricio Macri volvió a hablar luego de la presentación de su libro “Para qué”, tratando de imponer el programa del próximo gobierno, más allá de que lo encabece o no.
“Hay que recuperar el control del estado, ejercer el poder y correr a toda la militancia”, afirmó en un panel virtual organizado por el Miami Dade Collage, que compartió con los ex presidentes Vicente Fox, de México, y José María Aznar, de España, alineados con la derecha más conservadora.
Macri enfatizó que los gobiernos “populistas” dejan un estado cooptado por la militancia, lo cual exige combatir su relato sin temores, de manera terminante y, sobre todo, “rápido”.
“Hay que recuperar el control del estado y ejercer el poder desde el día uno. Si no tenemos la capacidad de demostrar a la velocidad que la gente te pide hoy, después no te reeligen. Por eso tenés que llegar y correr a la militancia para que la gente vea que hay progreso y demostrarles que vivir dentro de la ley, más allá de lo económico, te da una tranquilidad espiritual distinta”, afirmó, en lo que pretende que sea la estrategia del próximo gobierno.
Macri transmitió también la experiencia le dejaron sus años de gobierno. “El buenismo no paga, cuando uno estás en el Poder tenés que ejercer el Poder. Por eso tenemos que combatir el relato y cuando gobernamos ejercer el Poder sin pruritos contra ese discurso que nos ha corrido sistemáticamente, porque aunque no queramos, todos terminamos haciendo algo con un matriz populista porque nos sentimos acorralados, y al final no sirvió de nada”, lamentó.
Y profetizó que “se les puede ganar, pero para eso requiere de varias cosas”. Y objetó que un espacio político de derecha y conservador como Juntos por el Cambio, a pesar de ser “racional” y contar con “argumentos contundentes”, en la actualidad está contaminado “cada vez más por un mundo de las emociones”.
El ex presidente argentino recomendó que a esos “valores e ideas hay que darles emoción, poner el corazón, transmitir la misma locura (que ellos) a través de nuestras ideas que son racionales”.
E insistió en que “las tenemos que llevar con vehemencia, desde el corazón. Si nos quedamos en la racionalidad no llegamos. Ellos tienen un relato poderoso”.
Tal como es su costumbre, Macri lanzó un nuevo y duro ataque contra el “populismo”. Y alertó: “No tenemos que dejarnos correr más. El discurso progre es mentira, los únicos que se salvan son ellos cuando están en el estado, la gente se muere de hambre”.
Naturalmente que omitió toda referencia a su propia familia, que construyó su fortuna a partir de la obra pública estatal y la “patria contratista”, en los años 80 y 90.
Macri continuó victimizándose, al subrayar: “Nos eligen y a las 48 horas nos cuestionan cualquier cosa y cualquier salame con dos followers (seguidores) en Twitter nos da instrucciones de cómo tenemos que gobernar. Uno se vuelve loco, se preparó durante meses, años, y unos tipos desde su casa decretan que como viven en esa esquina saben más que toda la inteligencia que se haya podido poner. Pero eso nos juega a favor”.
Y manifestó su convencimiento de que a los jóvenes no les gusta ese tipo de poder, ni que les digan lo que tiene que hacer. Por esa razón rechazan al estado. “A esos jóvenes hay que demostrarle que se puede gobernar con una cultura del poder sana, donde no se invade al ciudadano”, recomendó.
Como cierre, el ex presidente concluyó haciendo un guiño a la clase media. “En Argentina hay una clase media muy golpeada, pero que reaccionó y nos acompañó para evitar la chavización final de la Argentina”.
En el entorno de Mauricio Macri aseguran que no quiere volver a la presidencia, al menos en lo inmediato. Pero sí conservar su liderazgo dentro del Pro, como motor de Juntos por el Cambio. Sabe que su candidatura generaría riesgos de ruptura con la UCR, y que eso pondría en riesgo el resultado electoral.
También admite que lo que le impide explicitar esa negativa de manera definitiva es la experiencia de su principal adversaria, Cristina Fernández, con Alberto Fernández.
“Sabe que, en definitiva, quien tiene la lapicera es el presidente, no importa cómo haya llegado a esa función”, explican. Y es que las cosas que suceden en el “populismo” no son muy diferentes de las que acontecen del otro lado de la grieta. En definitiva, no son tan distintos.
