Los participantes de Gran Hermano reaccionan de diversas formas ante la presión del encierro. Juliana Scaglione, “Furia”, cada tanto explota a los gritos para descargar su frustración y su angustia.
La doble de riesgo se expresa sin inhibición, y dice todo lo que piensa. Con ese peligroso exceso de franqueza, habló de Virginia, el último ingreso a la casa.
Desde el primer momento Juliana no reaccionó bien a su llegada. Mientras todos le daban una cálida bienvenida, ella se quejaba por su presencia.
En varias oportunidades manifestó su disgusto con la recién llegada. A punto tal que decidió revisarle las pertenencias para ver qué encontraba en su contra.
Furia, totalmente sacada y a los gritos, llegó a la cocina a contar lo que descubrió al curiosear las cosas de su contrincante. “Voy a contarles un secreto”, comenzó a decir. “Le revisé todo”.
“¿Vieron que ella dijo que no tiene plata, que le va mal?”, les recordó. Y esa consulta hizo estallar también a Emmanuel, que reaccionó: “Mentira. ¿Viste la marca de zapatos? Yo también la vi, y la marca del sombrero. ¡Es carísima!”, dijo, excitado y a los gritos.
Juliana fue agregando datos, cada vez más enojada: “Todo de Victoria Secret”, lanzó. Y el peluquero sumó la marca de los zapatos: “Lagomarsino. Una de las marcas más topísimas, carísimas”, aseguró.
“Si fuera pobre”, reflexionó Furia, sin dejar de gritar y de caminar como un león enjaulado. “Está dando lástima. Es rica”, dijo escandalizada, y haciendo gestos con sus dedos como “te estoy mirando”.
“Y va a Miami”, indicó. Emma coincidió: “Va a Miami cinco veces al año”. Pero lo peor fue la revelación que hizo Furia de sus allegados: “Es amiga de Alfa”, susurró indignada.
Los hermanitos comenzaron a debatir cuánto cuesta un par de zapatos Lagomarsino. “Caro. Ciento y pico”, afirmó Emmanuel. “Eso el más barato, son doscientas lucas”, sostuvo.
Luego fue corriendo al dormitorio, a mostrarle a Zoe lo que había encontrado: “Mirá todos estos productos”, decía, mientras revolvía las pertenencias de Virginia.
