El Polo Obrero (PO) reconoció de manera oficial que retiene el 2% de los 19.000 pesos que cada uno de sus 60.000 beneficiarios reciben del Programa Potenciar Trabajo. Si bien el monto que se les quita parece irrisorio (380 pesos por persona), esa cifra alcanza los 22.800.000 pesos por mes, y una caja de 273.600.000 pesos si anualizamos el cálculo.
Eduardo Belliboni, el principal dirigente de ese movimiento popular, asegura que esa quita en los haberes “no es compulsivo”, sino que es “un aporte voluntario de los ingresos votado en las asambleas”. ¿Qué tan voluntario puede ser un aporte si se realiza bajo la amenaza de quitarte el plan?
El primer dirigente en blanquear que las movilizaciones y marchas son financiadas con ese dinero, fue el legislador porteño por el Partido Obrero Gabriel Solano. “En el Polo Obrero hay un aporte del 2% de los ingresos de cada persona que cobra un plan. Ese 2% sirve para financiar lo que el Estado no financia. Por ejemplo, el alquiler de los comedores y merenderos, y el gasto logístico y de transporte de la mercadería”.
“En las asambleas del Polo se rinde cuentas sistemáticamente sobre los ingresos y gastos y se aprueba colectivamente el destino de los recursos que son de todas y todos los compañeros”. La pregunta es si el grupo de dirigentes que toma estas decisiones representa fielmente la voz de los 60 mil beneficiarios, y qué tan de acuerdo están con esta medida. En teoría, solo el Ministerio de Desarrollo Social, a través de la secretaría de Economía Social liderada por Emilio Pérsico, es quien tiene la potestad para dar altas y bajas del Potenciar Trabajo.
Según el calendario oficial, en julio, el monto pasa a ser de 22.770 pesos, y en septiembre, el haber final será de $23.925. Si se toma la última cifra, a partir de agosto el descuento que el Polo Obrero le realizará a cada beneficiario será de 478,5 pesos. Multiplicado por la cantidad de beneficiarios, la recaudación será de 28.710.000 pesos mensuales, y la cifra anual ascenderá a 344.520.000 pesos. Otra pregunta que vale la pena hacerse es por qué una fuerza política distribuye plata del Estado y le saca un porcentaje a los beneficiarios. ¿Podrá ese plan convertirse en un empleo registrado, el fin último de la asistencia social, o simplemente permanecerá como una forma de clientelismo?
En el día de hoy, la Unidad Piquetera será recibida por el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, y hará hincapié en la entrega del refuerzo de alimentos para comedores y merenderos, como así también en la universalización de programas de asistencia social para ampliar el número de beneficiarios, algo que desde la cartera ha sido descartado. Por lo pronto, está estipulado un plan de permanencia en frente del ministerio para el día jueves, con cortes de calle y posibilidad de acampe. Al final, pareciera que existen aportes solidarios buenos y otros que no tanto.
