El trágico derrumbe parcial de un edificio en Miami tuvo el viernes una de las jornadas más dramáticas: un bombero sacó de entre los escombros el cuerpo de su pequeña hija de 7 años, Stella Cattarossi.
La pequeña vivía en el edificio que colapsó junto a su madre, Graciela Catarrossi, sus abuelos Graciela Ponce de León y Guido Cattarossi, y circunstancialmente se encontraba también una tía, Andrea Catarossi: los cuatro están desaparecidos.
El oficial Enrique Arango, que no convivía con la nena y su mamá, integra el equipo de bomberos de Miami desde hace 10 años, y aunque no estaba asignado a las tareas de rescate, permaneció allí todo el tiempo con la esperanza encontrar con vida a la pequeña.
Daniella Levine Caba, alcaldesa de Miami-Dade, confirmó el vínculo entre la niña y el bombero. “Trágicamente uno de los dos cuerpos era el de la hija de 7 años de uno de nuestros bomberos de Miami. Ellos están pagando un costo humano enorme todos los días, y les pido que por favor los mantengan a todos en sus pensamientos y oraciones. Realmente representan lo mejor de todos nosotros y tenemos que estar ahí para ellos como ellos están aquí para nosotros”, dijo.
Otros bomberos relataron que una vez encontrado el cuerpo, lo fueron bajando entre todos, y su papá la cubrió con una chaqueta y una bandera.
“La fueron bajando y su papá la cubrió con su chaqueta y colocó una pequeña bandera estadounidense en la camilla. Él, su hermano y los otros bomberos que la sacaron escoltaron el cuerpo a través de un grupo de policías y bomberos”, relató otro rescatista.
Según la información, Graciela Cattarossi era fotógrafa y trabajó para importantes medios gráficos en Estados Unidos, como el New York Times, Wall Street Journal Magazine, además de revistas locales y hasta la publicación de American Airlines.