Desde el dramático episodio en el departamento de Felipe Pettinato, todo cambió para Leo Blanco, el imitador argentino de Michael Jackson. Lo cierto es que hoy el joven que gastó más de 30 mil dólares para parecerse al cantante estadounidense, vive un real calvario.
Leo Blanco no solo es conocido en el país, sino que su popularidad trascendió las fronteras por ser uno de los mejores imitadores de Michael Jackson.
El fanatismo de Leo por su ídolo, Michael Jackson data desde muchos años hasta que decidió transformarse en él para vivir de sus imitaciones.
“Me crié viendo sus videos. Yo no soy de la época de mayor furor de él. Cuando nací, estaba un poco tapado, no se lo veía mucho. Tuve que buscar en internet para poder conocerlo más a fondo”, contó tiempo atrás el joven.
Transformarse en Michael Jackson le costó varias operaciones y más de 30 mil dólares en cirugías.
“En la primera, tuve una mala praxis. Tuve mucho miedo. Después, encontré a un doctor que me brindó mayor confianza. Por ejemplo, tengo cuatro cirugías en la nariz”, contó.
Para lograr convertirse en su ídolo musical, Leo tuvo que tatuarse las cejas, someterse a la depilación definitiva en su rostro y operarse varias veces la nariz.
Lo cierto es que hoy en día, Blanco se gana la vida siendo el imitador de Michael, pero todo cambió desde el episodio que se produjo en el departamento de Felipe Pettinato que provocó el incendio de la propiedad y la muerte de una persona.
Desde ese día, Leo Blanco dice vivir un calvario. Hace unos días, el joven relató un episodio violento que le tocó vivir en la estación Once, mientras acompañaba a su pareja a tomarse un micro.
“Un señor me pegó un codazo, me miró y me dijo ‘enfermo mental’. Seguimos caminando y la gente no paraba de mirarnos, seguían murmurando y demás, pero casi llegando a la puerta de la estación un señor alto y grandote me golpeó con fuerza mi brazo derecho, me lo dobló y con su mano estrujó la mía apagando el cigarrillo. ‘Vas a aprender’, me dijo”, detalló el imitador del ídolo del pop.
Luego del violento episodio, Leo tuvo que buscar refugio en un baño del lugar, pero allí todo empeoró.
“Cuando entré allí ya sin vergüenza varios hombres hablaban alto sobre mi. Fui hacia uno de los mingitorios y de repente tenia más de 10 tipos diciendo en voz alta ‘¿vos no estabas preso?’ y se respondían: ‘Noo a este lo internaron por loquito’. Les expliqué que no era Pettinato pero seguían en la suya”, relató angustiado.
Lo cierto es que el imitador vive aterrado por el comportamiento de las personas que lo confunden con el hijo de Roberto Pettinato, que se encuentra internado en una clínica psiquiátrica tras el incendio de su departamento.
