En lo que va de la gestión del gobernador Leandro Zdero, el Gobierno del Chaco destinó más de $13.000.000 de pesos en campañas publicitarias en redes sociales. Los datos surgen de informes oficiales sobre el gasto público en plataformas digitales.
El monto genera controversia en un contexto de ajuste económico y recorte de gastos en áreas sensibles como salud, educación y asistencia social.
A este gasto se le suma el uso del partido político “Chaco Puede” como plataforma para campañas proselitistas, lo que reaviva el debate sobre el límite entre la comunicación institucional y la propaganda partidaria.

En el año 2024
Datos oficiales publicados en la gestión de Zdero, destinó aproximadamente 2.800 millones de pesos en publicidad oficial, canalizados a través del Fideicomiso de Administración de Pautas Publicitarias Oficiales (FAPPO). Este monto, conocido hasta agosto de 2024.
Uno de los puntos más oscuros de este millonario gasto es el destino de los fondos en redes sociales, un terreno donde la información oficial escasea. En octubre de 2024, el secretario de Asuntos Estratégicos, Marcos Resico, respondió a un pedido de informes asegurando que el gobierno provincial no realiza pagos a plataformas como YouTube, Facebook o Instagram.
La falta de precisión en los datos oficiales impide saber con certeza cuánto dinero fue destinado específicamente a publicidad en redes sociales, un canal clave en la comunicación política actual. Mientras tanto, el gobierno sigue sin brindar detalles concretos sobre qué medios, agencias o páginas en redes fueron contratadas o beneficiadas.
La opacidad en el manejo de la pauta no es un hecho menor. En un contexto donde los recursos públicos son escasos y las necesidades sociales son urgentes, la transparencia debería ser un principio básico de cualquier gestión que se dice “Austera”.
¿Dónde fue a parar ese dinero? ¿Qué criterios se usaron para su distribución? ¿Quién controla el destino de los 2.800 millones de pesos? Son preguntas que el gobierno aún no contesta, y que siguen generando sospechas en los manejos discrecionales, favoritismos y falta de control institucional.
En un Chaco golpeado por la inflación, la pobreza y la precarización laboral, los ciudadanos merecen saber cómo y en qué se gasta cada peso del Estado. La publicidad oficial no puede ser una herramienta para maquillar gestiones, silenciar críticas o beneficiar a unos pocos.

