El médico destacó que se trató de un gran trabajo en equipo, donde todos hicieron el esfuerzo para hacer que el Sumo Pontífice sobreviva.

Al ser consultado de si el Papa entendió que corría el riesgo de morir, Alfiere respondió que sí y destacó que “siempre estaba alerta”.

“Incluso cuando su condición empeoró, estaba completamente consciente. Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad y quería que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones”, relató.

El médico destacó que ese estado duró varios días, pero que Francisco comenzó a responder los tratamientos, por lo que la infección mejoró.

Sin embargo, tiempo después sufrió otra crisis y las alarmas se volvieron a encender: “Estábamos saliendo del momento más duro y mientras el papa Francisco comía tuvo una regurgitación y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos. Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos”.

Alfiere subrayó que en todo momento el Papa estaba consciente y que eso fue lo que lo “mantuvo vivo”.

“Hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos, en este caso todo el mundo empezó a orar. Puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro. Por supuesto, era un paciente muy cooperativo. Se sometió a todas las terapias sin quejarse jamás”, indicó.

El experto contó que Francisco fue convencido de ir al hospital cuando ya estaba en mal estado: “Estaba enfermo desde hacía días, pero se resistió porque probablemente quería respetar los compromisos del Jubileo. Cuando empezó a respirar cada vez con más dificultad se dio cuenta de que no podía esperar más. Llegó a Gemelli con mucho dolor, pero quizá también un poco molesto”.

Durante su internación hubo varias anécdotas y una de ellas fue cuando logró salir de su habitación: “En cuanto empezó a sentirse mejor pidió dar una vuelta por la sala. Le preguntamos si quería que cerráramos las de los pacientes, pero en lugar de eso miró a su alrededor en busca de la mirada de los otros pacientes. Se desplazaba en silla de ruedas, un día salió de la habitación cinco veces, quizá más. Y luego llegó la noche de la pizza”.

“Le entregó el dinero a uno de los colaboradores y ofreció pizza a quienes lo habían ayudado ese día. Fue una mejora continua y entendí que había decidido regresar a Santa Marta cuando una mañana me dijo ‘sigo vivo, ¿cuándo nos vamos a casa?’”, recordó.

Ante de finalizar la entrevista, Alfiere dijo que el momento más difícil fue cuando “me cogió la mano durante unos minutos, como buscando consuelo”.

Aunque la escena que más lo impactó fue cuando lo vio salir de la habitación vestido de blanco: “Es la emoción de ver al hombre convertirse nuevamente en Papa “.